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El diagnóstico estratégico, un instrumento clave para la comunicación política

Por Lic. Emanuel Pagés



Vivimos en tiempos donde el término política sufre un alto nivel de descrédito entre los ciudadanos y cuando esta se la vincula a la disciplina comunicacional se sospecha de ella como si se tratara de un acto especulativo y oportunista, únicamente utilizado con fines electorales. En otras palabras como si se llevara adelante sólo cuando se vota. Si observamos más allá de lo visible, encontramos que se trata de un proceso complejo, heterogéneo y desafiante cuyo input de información se logra midiendo la opinión pública, identificando lo que cada conglomerado contiene: un conjunto de diversidades.


Cabe destacar que la comunicación en estamentos de gobierno no siempre es política, sin embargo todo acto político siempre forma parte de un fenómeno comunicacional (Riorda, 2013). Es allí donde nace el factor estratégico de un exhaustivo y preciso diagnóstico de situación, que enmarque y otorgue contenido al plan de comunicación gubernamental.


Ahora bien, la palabra encuesta en el espectro sociopolítico tampoco se encuentra atravesando momentos de prestigio, en parte se debe a un mal uso de las estadísticas que se difunden y a la idealización del instrumento, como si este no fallara nunca.


En primer lugar un adecuado análisis debe contener una descripción de los principales problemas, necesidades y preocupaciones que afectan a una población. En segundo orden los asesores especialistas deben elaborar un dictamen con acciones orientadas a corregir o debilitar la percepción pública de aquello relevado en la primera etapa (Martínez Pandiani, 2004). Si no se planifican y ejecutan dichas acciones, un gobierno no logra ser legitimado, no genera consensos y por consiguiente no tiene muchas posibilidades de subsistir.


La legitimidad de un gobierno por parte de la ciudadanía no surge solamente de preferencias ideológico partidarias, eso es parte de una concepción obsoleta, actualmente exige la profesionalización de quienes informan lo político y para ello, como se afirma previamente, resulta fundamental realizar investigaciones de opinión pública, no sólo encuestas cuantitativas sino también cualitativas (entrevistas en profundidad y grupos focales, entre otros). Para establecer un vínculo sólido con las audiencias que otorgue consensos, es preciso conocer cómo piensan, qué las emociona y qué opinan acerca de distintos temas de agenda pública. Sólo de esta manera se puede concebir a la comunicación política exitosa ya que los chamanes no existen más allá de la fantasía mitológica, se trata de información y quien la posee, tiene el poder.


En la era de la información, ésta se encuentra al alcance de un click y los ciudadanos híperinformados son votantes, consumidores, estudiantes, pasajeros, contribuyentes, activistas y un sinnúmero de otras denominaciones, lo importante es poder conectar su mundo con el de la política. Las investigaciones brindan elementos simbólicos y discursivos que dotan de consistencia a la comunicación política en su conjunto, con ellas se estructuran los mensajes, desde sus formas hasta sus medios. Resulta inadmisible la informalidad, las acciones intuitivas o los genios paranormales, se necesitan instrumentos técnicos para comprender el mundo, por tanto es necesario investigar y trabajar varios años, pero no adivinando el futuro, sino cambiando el presente para llegar a metas establecidas (Duran Barba, 2010). Las encuestas son una herramienta insustituible en los tiempos de la democracia moderna.


Ahora bien, así como no se aprueba un examen sin estudiar, no se diagnóstica una fisura sin una radiografía, tampoco se conoce la opinión pública (dinámica y efímera en consonancia con los procesos sociales) sin sondeos científicos que arrojen descripciones precisas que guíen el curso de acción política. Esto aleja las propias percepciones de los dirigentes, quienes se encuentran influenciados por el microclima político. No se trata de automedicarse, sino de ir al médico.


La disciplina del marketing en el campo de la comunicación política se ocupa de descubrir cómo liderar con eficiencia, cuál es el mejor método para introducir nuevas ideas en la discusión pública y cómo informar estableciendo un sólido vínculo emocional que contenga espacios conversacionales. El termómetro de la opinión son las investigaciones y estas son una de las piedras basales para la planificación de la comunicación eficaz de un gobierno.


Bibliografía citada

  • -Martínez Pandiani, G. (2004). Marketing político. Campañas, medios y estrategias

  • electorales. Buenos Aires, Ugerman Editor.

  • -Durán Barba, J & Nieto, S. (2010). El Arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas

  • electorales exitosas. Buenos Aires, Editorial Sudamericana.

  • -Riorda, M & Elizalde, L. (2013). Comunicación Gubernamental 360. Buenos Aires, Editorial

  • La Crujía.

  • -Larrea, J.J. & Erbin, A. (2010). Comunicación Política en Latinoamérica. Gestión, Campañas

  • y TIC´S. Buenos Aires, Editorial DIRCOM.

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